martes, 21 de junio de 2011

XV Nocturna Fredes-Paüls

Hace dos años nos quedamos a la mitad...... pero como nos gustan los retos, hemos vuelto para cumplir nuestro propósito. Unos 46,5 km, unos 5500 metros de desnivel acumulado y 11 largas horas fueron necesarias para acabar la ya mítica travesía nocturna de Fredes a Paüls, que cruza siguiendo el GR-7 los fabulosos puertos de Tortosa-Besseit.




Edu, Pablo y un servidor nos decidimos. Dejamos un coche en Paüls y nos llevaron a la salida, en Fredes (gracias Anna...). Pueblecito que ya pertenece a la provincia de Castellón que alcanza los 1090 metros tras unos 25 km des de La Senia, montaña arriba. Al final 770 aspirantes, de los cuales buena parte se quedaron a la mitad del recorrido, cerca del refugio del Mont Caro. La salida, para evitar el colapso en el caminito, fue a trote, hasta que el camino se convierte en el auténtico GR7.  
Antes de partir... ¿dónde está Carni?

No es San Fermín, es la salida...
El ritmo alto durante los 28 km primeros, hizo mella en nuestras piernas, pues en 5 horas nos plantamos en la cena/avituallamiento de Caro. Realmente es un lujo poder andar por esos parajes, el camino muy bien señalizado y el ambiente de montañismo reinando por el ambiente. A las 22.00 nos pusimos los frontales por que la luz solar ya desapareció. A partir de ahí, y hasta la llegada, la luna y los frontales nos guiaron. El recorrido a ratos transcurre por pista forestal, siendo para mí particularmente los más duros. Sobretodo antes de llegar al Caro, unos 4 km de pista asfaltada que se hizo eterna, y al final, después del descenso de casi mil metros, otros 4/5 km de camino asfaltado viendo Paüls al fondo, que se hacen laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargos como jamás hubiera imaginado...

Edu en pista forestal
Serpiente humana en pleno bosque



Pablo en pleno descenso, los dientes de sierra fueron lo habitual...
Una de las curiosidades de la travesía eran las filas-indias que se formaban en algunos tramos, por acumulación de excursionistas. Este echo de noche, era espectacular, pues a la que te girabas, en tramos sin vegetación, se veían serpientes de luz, como en una procesión... sencillamente espectacular.
Después de una buena cena y unos estiramientos más que necesarios, nos pusimos en marcha para concluir el reto. El segundo tramo ya no vimos a gente corriendo (esta travesía más de uno la hacía como si fuera una carrera...), si no que cada uno a su ritmo, sin prisa pero sin pausa, para llegar a la meta. Una meta que logramos tras 11 horas y 10 minutos de verdadero esfuerzo titánico. Nuestra clasificación final fue del 300 entre los 770 que salieron con el correspondiente diploma que certificó nuestra llegada.
Fuerte subida antes del anochecer
Al fondo vemos el zizag de la carretera
Noche cerrada
En fin, si os gusta el senderismo y los retos, esta es vuestra travesía!. También la podéis hacer sin prisas en un par de días, y así disfrutar del fabuloso paisaje... Lo que sí es seguro, es que un par de días de recuperación, los necesitaréis!
A nosotros nos ha ido de fábula para preparar nuestro siguiente desadío, la Pica d'Estats. Nos vemos allí!

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